martes, 22 de noviembre de 2011

La madera wengué: características y usos




Dentro de los materiales que se pueden emplear en las tareas de carpintería, hay una que cada día está más de moda para la decoración de las casas. Ésta es la madera de wengué. Tiene una serie de características que la hacen diferente a las demás y da lugar a unos usos distintos que el resto. Para empezar a conocerla, debes saber que es una madera exótica de una gran dureza.

Propiedades

Entre sus principales propiedades, el wengué es un tipo de madera pesada, con muchos nervios y bastante dura. Todo esto hace que sea difícil su cepillado y que se requieran herramientas eléctricas de corte para su manipulación.
Esta madera, también denominada ‘panga-panga’, ‘jambire’ o ‘mpande’, es tropical y tiene origen africano. Se caracteriza por tener una capa debajo de la corteza, denominada albura. Ésta tiene un color blanquecino o amarillo claro. Por otra parte, la zona más seca del tronco, denominada duramen, varía del tono pardo oscuro al negro violáceo con finas vetas pardas.

Por otro lado, a la hora de trabajar con este tipo de madera, debes tener en cuenta que el duramen no es impregnable. Por este motivo, deberás asegurarte de emplear productos a base de cera en el acabado. Gracias a esta capa, se protege la madera de la acción de agentes externos, aunque resiste bien la humedad y el ataque de insectos.
Respecto a sus aplicaciones, el wengué se emplea tanto en carpintería interior como en exterior. En cuanto a sus principales aplicaciones se centran el mobiliario y el suelo. Sirve tanto para puertas, como para ventanas, escaleras, revestimientos, molduras, rodapiés, frisos, así como para parquet.

Por otra parte, a pesar de que es una madera dura, permite realizar muebles tanto rectos como con curvas. Por último, entre sus ventajas está que tiene una gran variedad de colores, por lo que se puede conseguir muebles de tonos como el chocolate o el ceniza, entre otros.

Fuente: http://hogar.pisos.com

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viernes, 18 de noviembre de 2011

Uniones seguras con tornillos

Para garantizar una buena sujeción, los tornillos deben ser al menos dos veces más largos que la pieza que se quiere fijar

Las uniones con tornillos son más duraderas y firmes que las realizadas con clavos. Además, tienen la ventaja de que se pueden desarmar siempre que se desee. Hay tornillos para metales, para madera, normales y autorroscantes. La lista es larga, pero no basta con que haya un tipo de tornillo para cada necesidad, hay que saber cómo y dónde utilizarlos para asegurar las uniones y facilitar la tarea de atornillado. Del mismo modo, hay que saber cómo extraerlos en caso de que se hayan oxidado.



Un atornillado firme y seguro

Para garantizar una buena sujeción, los tornillos deben ser al menos dos veces más largos que la pieza que se fija. Si los tornillos son largos y gruesos, será necesario taladrar la pieza que se quiere atornillar con una broca del mismo diámetro que el del tornillo.
Un truco para que los tornillos penetren con más facilidad es lubricarlos con parafina, cera o jabón antes de atornillarlos.
Cuando se trabaja sobre maderas o superficies duras, antes de introducir el tornillo, conviene practicar un agujero o guía cuya profundidad sea equivalente a la mitad de la longitud del tornillo y con un diámetro algo inferior al de este último. Si la madera es blanda, los tornillos se introducirán en las mismas sin necesidad de guía.
Si el objetivo es que la cabeza del tornillo quede al ras de la superficie, conviene realizar un vaciado previo con un avellanador o con la punta de una broca para encastrar la cabeza del tornillo en la madera.

Tornillos oxidados

Es muy habitual que al desmontar o restaurar un mueble haya uno o varios tornillos oxidados que entorpezcan la tarea. Esta oxidación es casi inevitable, sobre todo en determinadas zonas de la casa donde se acumula humedad.
Para solucionar este problema, se puede utilizar un lubricante de metales y dejarlo actuar según las especificaciones del fabricante. Si esto no funciona, se puede inyectar alcohol entre la madera y el propio tornillo con una jeringuilla, con el fin de que el alcohol arrastre el óxido. Otra opción es sustituir el alcohol por aguardiente.

En lugar de un destornillador se puede utilizar un taladro. Si este gira sobre las ranuras del tornillo, solo hay que hacer más presión sobre el mismo.
Una vez retirado el tornillo, se procederá a colocar uno nuevo. No obstante, lo más recomendable es tapar ese agujero con masilla epoxi y colocar el tornillo en otro lugar para evitar insertarlo en un trozo de madera ya cedido.
Si con tanta presión la cabeza del tornillo se deteriora, se puede intentar fabricar una hendidura de emergencia. Para ello, hay que dar unos golpes secos con un martillo a un destornillador robusto colocado sobre la cabeza del tornillo.
En caso de que se hayan agotado todas las opciones sin haber logrado extraer el tornillo, solo queda serrarlo al ras de la superficie donde esté incrustado y disimular la parte visible con masilla de madera de un color similar al del objeto o mueble.




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viernes, 11 de noviembre de 2011

Cómo colocar armarios de pared

Los armarios de pared son elementos más que necesarios en cualquier hogar. Sus características sustanciales hacen de los armarios de pared una pieza de mobiliario indispensable, con las aptitudes necesarias para ser utilizados en toda habitación del hogar.

Los armarios de pared están presentes en casi todas las estancias de nuestras casas. Los podemos encontrar en el salón, en el dormitorio principal, en el de invitados, en el cuarto de los niños, en el baño, en el despacho y cómo no, en la cocina.
Seguro que no habías caído en la cuenta de que este tipo de armarios están tan integrados en tu hogar. Por ejemplo, en los dormitorios infantiles o principales los podemos encontrar realizando composiciones conocidas como puentes. Son muy útiles porque tienen una gran capacidad de almacenaje. Por ello debes saber cómo instalarlos por ti mismo ya que llegado el caso, podrás ahorrarte un buen dinero.

Paso a paso para colgar un armario

Lo primero que debes hacer es despejar la zona de trabajo de aquellos objetos que puedan interferir en la tarea. Una vez realizado este paso previo, coloca el armario y las herramientas que necesitarás a mano y así poder colgar el armario de manera fácil.
  • Elije los tacos y tornillos adecuados teniendo en cuenta las característica del mueble.
  • Con un nivel marca exactamente los puntos en los que se debe sujetar el armario.
  • Taladra con una broca adecuada al tipo de pared los agujeros necesarios.
  • Introduce tacos (si es necesario con la ayuda de un martillo).
  • Cuelga el armario y atorníllalo fuertemente. Es probable que en ese paso necesites la ayuda de otra persona ya que realizarlo individualmente puede resultarte complicado.
  • Comprueba que la instalación tiene la capacidad de sujetar el armario.
  • Si la tarea la has realizado con éxito, limpia el interior del armario con una bayeta impregnada en un producto de limpieza específico para la superficie.
  • Una vez que se haya secado ya puedes empezar a colocar tus objetos personales y ordenarlos de tal manera que consigas un aprovechamiento máximo del espacio.



Fuente: www.hogar.pisos.com



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