sábado, 24 de septiembre de 2011

Mordientes para dar color a la madera

Este tipo de tintes basados en los tonos ébano, caoba y nogal, son muy habituales en trabajos de restauración
El mordiente es un producto utilizado para dar color a la madera en los procesos de fabricación tradicional de mobiliario de este material. El uso de este tipo de tintes es también muy habitual en trabajos de restauración. En este último caso, es indispensable que la tintura sea compatible con el resto de materiales utilizados en esta tarea de renovación: estuco, cera, goma laca, etc. Los mordientes clásicos toman como referencia los tintes clásicos: ébano, caoba y nogal.

Tipos de mordientes
Los mordientes clásicos parten de los tintes de color ébano, caoba y nogal. Estos productos se suelen encontrar en el mercado en forma granulada. Para su preparación, solo hay que disolverlos en agua en una proporción de 100 gramos de mordiente por litro de agua. Este porcentaje variará en función de la tonalidad que se desee obtener. Para conseguir un tono caoba claro, solo habrá que aumentar la dosis de agua, mientras que si el objetivo es un color caoba oscuro, la cantidad de agua de la mezcla base deberá disminuir.

Para conseguir los matices deseados, también se puede añadir a la base una pequeña cantidad de tinte de otro color. De este modo, para obtener un nogal rojizo habrá que añadir a la base un poco de tinte caoba.

Preparación de los tintes

Para que el mordiente se disuelva con más facilidad, hay que poner el agua al fuego y añadirlo una vez que esta empiece a hervir. La disolución será más rápida si se remueve la mezcla con un palo o una cuchara de madera. Unas gotas de amoniaco favorecerán la adherencia del color.

Un truco para acertar con el tono una vez aplicado es que el mordiente sea un poco más claro que el resultado que se desee obtener. Las sucesivas aplicaciones del producto permitirán dar con el color deseado.

Una vez preparado el mordiente se comprueba el tono en una zona poco visible del mueble que se va a colorear. Si no es el deseado, se diluye o se añade más mordiente. Cuando el producto está listo, se filtra para obtener un tinte fluido y se conserva en una botella de cristal. Antes de su aplicación, se templa un poco para mejorar su adherencia.

Cómo aplicar el mordiente

Si la pieza que se va a tratar es pequeña, el producto se aplicará con una brocha, pero si el mueble es grande, el mordiente se utilizará una esponja para extender el mordiente por toda la superficie. En este último caso, la esponja se sumerge en el mordiente y, sin escurrirla demasiado, se pasa por la madera para que el producto se reparta bien. Para un óptimo resultado, no se debe presionar demasiado la esponja ni repasar la zona pintada una vez que se empieza a secar, ya que de lo contrario la parte afectada quedará más oscura.

Para igualar el tono, se deben dar pasadas perpendiculares y transversales respecto a la veta. Para detectar las imperfecciones, hay que examinar la pieza a contraluz.

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domingo, 18 de septiembre de 2011

Cortar madera

Para realizar un buen corte, no hay que ejercer excesiva presión y la sierra debe trabajar en casi toda su longitud



Al hilo, a contrahilo, en ángulo con sierra manual o eléctrica. Cortar o serrar madera es uno de los trabajos más habituales en carpintería y, aunque parezca lo contrario, es una tarea bastante sencilla. Solo hay que conocer la técnica adecuada. Cuando se corta una pieza de madera al hilo, la sierra o el serrucho deben discurrir de forma paralela a las fibras de la madera, es decir, a lo largo de toda su longitud. Por lo que respecta a los cortes a contrahilo, se realizan de forma horizontal respecto a las fibras de la pieza.









Cortar madera al hilo y a contrahilo



El corte al hilo es una técnica en la que la sierra o el serrucho discurren paralelos a las fibras de la madera, a lo largo de toda su longitud. Para conseguir un corte recto, hay que anclar la pieza a una mesa de trabajo sujeta con uno o varios sargentos, en función de las dimensiones de la madera. Para cortes de piezas de tamaño medio, también se puede utilizar un caballete (dos para listones grandes). Si no se dispone de ninguno de estos utensilios, se puede colocar el tablero sobre una mesa baja y sujetarlo con la rodilla.
Tras marcar la línea de corte con un lápiz, conviene repasar el trazo con un cúter para facilitar el corte. Al empuñar la sierra o el serrucho, hay que apoyar el dedo índice en la hoja para dirigir el corte.
Para iniciar el corte, se apoya el filo de la sierra sobre la madera de manera que se forme un ángulo de 20º respecto a la pieza. Los dientes han de estar sobre el lado de la pieza que se va a desechar. El pulgar de la mano que queda libre servirá de guía para dirigir el trazado de la sierra. Una vez que se ha realizado un corte de unos 25 centímetros, se debe aumentar el ángulo de incisión hasta unos 45º. Para un corte óptimo, no hay que ejercer excesiva presión y la sierra debe trabajar en casi toda su longitud.



Si la pieza, y por ende, el corte es muy largo, hay que mantener separadas ambas partes por medio de cuñas de madera para evitar que la hoja de la sierra quede aprisionada en la línea de corte.
Para que la madera no se rompa ni se astille al llegar al final del corte, hay que darle la vuelta a la pieza y cortar por el otro lado de la misma.
Los cortes a contrahilo se realizan de forma horizontal respecto a las fibras de la madera. El proceso es muy similar al corte al hilo, pero en este caso, al llegar a 25 centímetros, el ángulo de incisión de la sierra debe ser de unos 45º. Además, para evitar que al llegar al final del corte la pieza se astille, hay que sujetar con la mano libre el trozo de madera sobrante. Otra opción es serrar en sentido perpendicular a los anillos anuales.


Cortes en ángulo


Para hacer un corte en ángulo se puede utilizar una sierra de mano, una segueta o una ingletadora. En el primer caso, se fija el ángulo deseado con una escuadra de ángulo variable, se apoya el mango contra el canto de la pieza de madera y se traza una línea a lo largo de la hoja de acero. A continuación, se coloca la tabla en el banco de trabajo y se realiza el corte.

Si se utiliza una segueta, hay que mantener el bastidor con una ligera inclinación para controlar mejor su avance. Para trazar la curva, hay que ajustar el ángulo de la hoja de modo que las clavijas de la sierra estén alineadas y la hoja recta. El corte se termina al serrar hacia arriba.



Cuando se utiliza la ingletadora, hay que fijar el ángulo de corte de la sierra y bloquearla en esa posición. Se apoya la pieza contra el tope y se baja varias veces la hoja de la sierra hasta que el corte quede justo en el lado que se va a desechar de la línea trazada. Por último, se levanta la hoja, se enciende la sierra, se baja de nuevo la hoja y se efectúa el corte.


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