Los frisos son una opción muy práctica y llamativa para decorar cualquier estancia, ocultar los posibles desperfectos de la pared o proteger la parte baja de esta frente a golpes, manchas y arañazos. Los frisos de madera se componen de láminas machihembradas que se encajan unas en otras. Estas láminas se pueden colocar de forma horizontal, vertical o diagonal, en toda la pared, en la parte inferior o en el techo. Los frisos no se instalan de forma directa sobre la pared, entre ambas superficies hay que colocar unos rastreles o listones de madera que permiten que el friso se airee, lo que impide que este se deforme por problemas de humedad.
Fuente: www.consumer.es
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